Las relaciones entre Rusia y China tienen inmunidad a los prejuicios
Autor: Natalia Kovalienko
Foto: EPA
El presidente de Rusia Vladímir Putin, en la víspera de su visita de Estado a China y de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shaghai (OSC), en Pekín se dirigió al auditorio de Zhemin Zhibao, uno de los rotativos más prestigiosos del mundo.
El
dignatario expuso su opinión sobre las perspectivas de la cooperación de
nuestros países y el papel de las relaciones ruso-chinas en el mundo
contemporáneo.
Las
relaciones entre Rusia y China están libres de prejuicios y de estereotipos, lo
que significa que son muy estables y no dependen de la coyuntura del momento.
Esto es sumamente valioso en el mundo actual, en el que se observa un déficit
evidente de estabilidad y de confianza recíproca. El presidente Vladímir Putin
subraya este juicio en un artículo que recoge este martes el
periódico Zhemin Zhibao. El jefe de Estado indica que, las relaciones
ruso-chinas son definidas, en justicia, de ejemplo de lazos interestatales de
nuevo tipo. Moscú y Pekín encuentran fácilmente un idioma común, elaboran
estrategias y tácticas comunes en las discusiones internacionales. Sus posturas
se basan en los principios de la responsabilidad y del respeto incondicional de
los intereses de uno y otro.
La
asociación estratégica de Rusia y de China constituye un factor eficaz que
consolida la estabilidad regional y mundial, subraya Vladímir Putin. A esta
lógica responde justamente el robustecimiento de la cooperación en los marcos
de la OSC que el
año pasado cumplió diez años desde su fundación.
Actualmente,
la OCS es una
organización multilateral con un desarrollo muy dinámico. Es evidente que, su
enorme potencial tendrá aún que desarrollarse a plenitud. Pero, haciendo un
balance del camino recorrido podemos afirmar, con certeza, que
la OSC ya ha
adquirido un prestigio ponderable, cuya voz resuena firme en la arena internacional.
La OSC propuso un
modelo de cooperación basado en la auténtica paridad entre todos sus
integrantes, en su confianza mutua, en el respeto a la opción soberana e
independiente de cada pueblo, a su cultura, valores, tradiciones, y en el deseo
de desarrollo conjunto. En esencia, tal filosofía encarna de manera excelente
los únicos principios básicos y vitales de las relaciones internacionales en el
mundo multipolar.
En
buena medida, gracias a los esfuerzos de los miembros de la OSC, a su cooperación con un
amplio círculo de socios extranjeros se logró reducir, considerablemente, la
actividad terrorista en la región. Pero, los desafíos que enfrentamos hoy día
se tornan cada vez más diversos, apunta el presidente de Rusia. Objeto de
nuestra inquietud común es la situación en Afganistán. La OSC hace un aporte
notable en la asistencia al pueblo afgano, en sus esfuerzos encaminados al
resurgimiento del país.
La
consolidación de la cooperación política con la integración económica es una
necesidad imperiosa para los países del la OSC. La Organización está en condiciones de
realizar proyectos conjuntos de gran envergadura. Vladímir Putin pregunta: ¿Por
qué no aprovechar, en nuestros intereses ventajas evidentes como las
posibilidades de la economía de China de dinámico desarrollo, el potencial
tecnológico de Rusia en proceso de modernización, los riquísimos recursos
naturales de los países de Asia central? Por ejemplo, los proyectos ruso-chinos
en el campo energético están cambiando seriamente toda la configuración del
mercado energético global. Para China, ello significa la elevación de la
fiabilidad, la diversificación de los suministros de recursos energéticos para
las necesidades internas. Para Rusia significa la apertura de
nuevas rutas de exportación, en la región asiática del Pacífico en
dinámico desarrollo.
Entre
los resultados ya alcanzados podemos destacar la puesta en marcha del oleoducto
ruso-chino, por el que, el año pasado se exportaron quince millones de toneladas de crudo.
Además de la firma de un contrato de largo plazo, por veinticinco años, para
suministros a China de electricidad desde Rusia. El trabajo conjunto en materia
de energía atómica abre amplias posibilidades. Con participación
rusa fue construido la primera etapa de la central nuclear de Tyanvan, que
según los resultados de las pruebas, fue declarada la más segura en
China. El año pasado, con la asistencia de especialistas rusos se
puso en marcha en China la explotación de un reactor experimental de neutrones
rápidos. Así las cosas, China es el cuarto país del mundo, después de Rusia, Japón y
de Francia que cuenta con este tipo de tecnología.
Vladímir
Putin considera que, la fuerza motriz de las relaciones ruso-chinas es la
amistad y el entendimiento mutuo entre los pueblos. El dignatario destacó el
éxito con que fueron celebrados los años duales del idioma ruso en China, y del
chino en Rusia. Ahora continuarán los años del turismo. La colaboración
ruso-china no está dirigida contra terceros, pero sí favorece el fortalecimiento
de la justicia y de los principios democráticos en la vida internacional. Un
antiguo proverbio chino reza: “Fuerzas comunes para anhelos comunes”. Estamos
dispuestos al trabajo conjunto en interés de nuestros pueblos. Y ello reportará
obligatoriamente frutos dignos, asevera el presidente de Rusia.
La
visita del jefe de Estado de Rusia a Pekín, del 5 al 6 de junio, prevé
conversaciones con el presidente de China, Hu Zintao, con el vicepresidente Xi
Jinping, con el viceprimer ministro del Consejo de Estado Li Keqiang, y con el
presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional
China Wu Bangguo.
El
asesor presidencial expresó que, en las conversaciones está planificado el
repaso de varios temas, incluidos la coordinación en la ONU, en el G-20, la APEC, el grupo BRICS, la OSC, el intercambio de
opiniones sobre la situación en la península coreana y en el Oriente Próximo, y
el programa nuclear iraní.
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