Autora: Irina Chaikó
“La villa secreta de la CIA en Stare Kejkuty” es un
artículo mordaz publicado por Gazeta Wyborcza.
Sus autores Wojciech
Czuchnowski y Adam Krzykowski, plantearon, al parecer, un tema ya tratado: las
torturas de los presos de la CIA
en una cárcel situada en territorio de Polonia.
En su tiempo las
autoridades polacas rechazaron categóricamente todas las sospechas al respecto.
Pero se aclaró que tal cárcel existía en Polonia y sus presos fueron torturados
por norteamericanos de la CIA
y los líderes polacos de entonces, lo más probable, estaban al tanto del caso.
El profesor Alexei
Makarkin del Centro de Tecnologías políticas de Moscú, nos dio su comentario.
− Ustedes saben que
todos tiene sus pecados viejos, de modo que en los países que se declaran
democráticos, hablan de su apego a los principios de la libertad, que nunca
violan los derechos humanos, se aclara de súbito que ellos “tienen sus
esqueletos en el armario”.
Cuando los políticos
polacos articulaban sus relaciones con los norteamericanos, por cierto en señal
de agradecimiento por su apoyo, estaban dispuestos a ir a su encuentro en
muchos sentidos. Los norteamericanos no querían violar las leyes en su propio
territorio, ¿Por qué, entonces, no hacer atropellos en tierra de sus fieles
aliados? Con más razón porque los propios aliados no se oponían a ello, por el
contrario, tengo tal sensación, se sentían incluso orgullosos de la confianza
de EEUU.
− Es un aspecto de
la cuestión, -continúa Alexéi Makarkin, -El segundo no es menos importante. Aquí el momento
clave no es sólo el hecho de que en Polonia se violaran los derechos humanos
“por amabilidad” a un aliado cercano y fuerte, sino el que la verdad haya
salido a la luz pública. Creo que ahora comenzará una seria investigación que
puede afectar los intereses de muchos. Pero esto no quiere decir que durante
las averiguaciones se acierte a aclararlo todo. No hay que hacerse ilusiones.
Resulta que en Polonia, de parte de la prensa y de la sociedad civil existe un
buen mecanismo para llamar a la responsabilidad a los políticos y funcionarios
desenfrenados. Es igualmente un aspecto importante de la secreta historia de la
villa de Stare Kejkuty, -resalta el profesor Makarkin.
A propósito, algunas
palabras sobre los directivos culpables. Contra el ex dirigente de la Inteligencia polaca
Zbigniew Siemiatkowski se presentaron no sólo las acusaciones de haber organizado
en Polonia una cárcel secreta sino también de abuso de sus atribuciones, de
haber violado el derecho internacional: “privación ilegal de la libertad” y uso
de castigos físicos”. Pero lo fundamental consiste en que los problemas con la Justicia polaca amenaza
también al ex primer ministro Leszek Miller, que encabezaba el Gobierno de 2001 a 2004. Como víctima
del caso en la investigación figura uno de los mohaedines capturados por los
norteamericanos. Este, al igual que otros presos, no fueron llamados presos
sino “pasajeros”, sin apellidos y tenían apenas números.
Según datos de Gazeta
Wyborcza, los nombres de los funcionarios polacos implicados en la
organización de los “centros de la
CIA” se conocieron a través de los materiales del servicio de
inteligencia.
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