“Abre tus portones, historia. Que vamos entrando con Fidel”
“El que no esté con Cuba, con su Revolución, con Fidel Castro, está del otro lado, del lado de la ignominia y de la traición”, manifestó el poeta chileno, Pablo Neruda
Una frase le bastó al
presidente Chávez para ilustrar lo que Fidel Castro -nacido un día como hoy- ha
significado para Nuestra América: “Abre
tus portones, historia. Que vamos entrando con Fidel”. En efecto, traicionado Bolívar y
asesinado Martí, fue el líder cubano quien reanimó el espíritu de lucha de los
pueblos en el Caribe, en los Andes, en las selvas.
Nacido en la población
de Birán, provincia de Holguín, se entregó a la lucha política desde sus tiempos de
estudiante en la universidad de La Habana. Ya era abogado cuando dirigió el asalto
al Cuartel Moncada en 1953. Por esa acción fue encarcelado y
llevado a juicio. Bajo el sanguinario régimen de Batista eso equivalía a
recibir una condena a muerte. Pero él tomó una decisión cuyo impacto ha
permanecido: renunció a un abogado y asumió su propia defensa.
Su alegato no consistió
en buscar elementos para exculparse. Lo que hizo fue describir con precisión y
datos en la mano la realidad que vivía su país. Su exposición fue tan demoledora y desmoralizó a tal punto a sus
captores, que tuvieron que dejarlo en libertad.
La frase final de aquel
discurso se hizo célebre: “Condenadme, no importa. La historia me absolverá”. Y le dio la vuelta al
mundo, es decir, lo puso de cabeza. Cuando reapareció en la Sierra Maestra ,
después de naufragar en una lancha y de haber pasado días entre cañaverales
incendiados, ya se había ganado el respeto de la opinión pública internacional.
Hubo una especie de fiebre mediática alrededor de su figura.
Cuando ya era Primer
Ministro de Cuba, y encaró al imperialismo, esos mismos medios quisieron
aniquilarlo. Pero era tarde, todo el tiempo, él le estuvo hablando a los
pueblos, a las grandes mayorías explotadas. Y los pueblos lo escucharon.
El sacerdote y luchador
nicaragüense Miguel D’ Escoto ha dicho que Fidel es el hombre “que ha levantado más alto siempre
y más que nadie en la historia la antorcha de la libertad”. Y,
como dijera el presidente Chávez, “cuando mucha gente comenzó a rendirse y a
entregarse, Fidel seguía diciendo: vendrán nuevas oleadas. Estamos viendo el
comienzo de esas nuevas oleadas”.
CHE
GUEVARA: ES UNA FUERZA TELÚRICA CON PROYECCIÓN HISTÓRICA
Aceptamos que hubo
excepciones que le dan sus características peculiares a la Revolución cubana, es
un hecho claramente establecido que cada revolución cuenta con este tipo de
factores específicos, pero no está menos establecido que todas ellas seguirán
leyes cuya violación no está al alcance de las posibilidades de la sociedad.
Analicemos, pues, los factores de este pretendido excepcionalismo.
El primero, quizás, el
más importante, el más original, es esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz,
nombre que en pocos años ha alcanzado
proyecciones históricas. El futuro colocará en su
lugar exacto los méritos de nuestro primer ministro, pero a nosotros se nos
antoja comparable con los de las más altas figuras históricas de toda
Latinoamérica. Y, ¿cuáles son las circunstancias excepcionales que rodean la
personalidad de Fidel Castro? Hay varias características en su vida y en su
carácter que lo hacen sobresalir ampliamente por sobre todos sus compañeros y
seguidores; Fidel es un hombre de tan enorme personalidad que, en cualquier
movimiento donde participe, debe llevar la conducción y así lo ha hecho en el
curso de su carrera desde la vida estudiantil hasta el premierato de nuestra
patria y de los pueblos oprimidos de América.
Tiene las
características de gran conductor, que sumadas a sus dotes personales de
audacia, fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre la
voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de sacrificio que hoy
ocupa. Pero tiene otras cualidades importantes,
como son su capacidad para asimilar los conocimientos y las experiencias, para
comprender todo el conjunto de una situación dada sin perder de vista los
detalles, su fe inmensa en el futuro, y su amplitud de visión para prevenir los
acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo siempre más lejos y mejor
que su compañeros. Con estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de
aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que debilita; su capacidad de
dirigir a la cabeza de todos la acción del pueblo; su amor infinito por él, su
fe en el futuro y su capacidad de preverlo, Fidel Castro hizo más que nadie en Cuba para
construir de la nada el aparato hoy formidable de la Revolución cubana.
Sin embargo, nadie
podría afirmar que en Cuba había condiciones político-sociales totalmente
diferentes a las de otros países de América y que, precisamente por esa
diferencia se hizo la
Revolución. Tampoco se podría afirmar por el contrario, que,
a pesar de esa diferencia Fidel Castro hizo la Revolución. Fidel ,
grande y hábil conductor, dirigió la Revolución en Cuba, en el momento y en la forma
en que lo hizo, interpretando las profundas conmociones políticas que
preparaban al pueblo para el gran salto hacia los caminos revolucionarios.
MIGUEL
D’ ESCOTO: MANTIENE EN ALTO LA
LLAMA DE LA
LIBERTAD
“¿Y quién ha sido, con
toda franqueza, el que ha alzado más alto la antorcha de la solidaridad en este
mundo? Yo quisiera decir que ha sido un Papa, quisiera decir eso, pero no puedo
decirlo porque Dios me está escuchando y tengo que decir sólo la verdad: el que
ha levantado más alto siempre y más que nadie en la historia la antorcha de la
libertad, se llama el Comandante Fidel Castro Ruz”.
JEAN-
PAUL SARTRE: ÉL ES DEMOCRACIA DIRECTA
“Ese Fidel Castro
continuamente de viaje en helicóptero o automóvil; que con frecuencia habla
tres veces a la semana por televisión durante horas y horas; que explica cada
paso de su gobierno; que discute toda realización; que escucha a los campesinos
y toma nota de sus críticas; que inaugura escuelas en rincones perdidos y
argumenta apasionadamente con sus Ministros; eso es la democracia directa”.
ERNESTO
CARDENAL: UN HOMBRE QUE ES MUCHOS GENIOS
Ante todo hay que decir
que es una personalidad genial. Pero no es solamente un genio, sino muchos
genios. Se le conoció primero como un genio guerrillero. Después se ha revelado
ser también un genio como estadista: uno de los más grandes estadistas de su
tiempo, destacándose sobre todos ellos por haber gobernado tantos años con gran
habilidad, o si se quiere con mucho éxito, enfrentándose al poder más grande
del mundo en condiciones tan desiguales.
Hay que agregar además
que es un gran genio de la oratoria, yo diría que no sólo es de los más grandes
oradores de su tiempo sino de toda la historia. Es asombroso ver cómo cautiva
al auditorio, en Cuba y en cualquier otro país, hablando horas y horas, sin
tener los discursos escritos como lo hacía Demóstenes, y a veces sin haberlos
preparado siquiera, completamente improvisados. A diferencia de sus rivales los
presidentes de Estados Unidos, que al decir de Gore Vidal no pueden escribir
sus propios discursos sino tienen alguien que se los escriba, y a veces ni
siquiera los pueden leer (…) Es ingenioso, ocurrente, y siempre hace reír. Todo
esto explica que para el pueblo de Cuba haya sido un personaje indispensable,
que haya gobernado por tanto tiempo (no por las armas, pues no gobierna por las
armas) y que tenga tan inmensa popularidad. Y también que tenga los enemigos
que tiene.
ALICIA
ALONSO: SU DIMENSIÓN ES UNIVERSAL
Una lo mira y no deja de
pensar: “Este hombre ha hecho esto. Este hombre está luchando desde hace tanto
tiempo”. Es algo que va creciendo, creciendo y termina por apabullarlo a uno.
Después uno se convierte en parte de todo ese mundo y ya goza de la naturalidad
de ese ser humano. Lo siente. Se convierte en parte de él. Él no es local. Él
es parte de la historia. No solo de nuestra historia, sino de la historia de la
humanidad. Pienso que es tan grande que se convierte en una partecita, en una
cosa sencilla. Si sintiera lo grande que es, lo mataría el peso.
OSWALDO
GUAYASAMÍN: UN PERSONAJE TOTAL
Jamás nadie me dio la
impresión de una cosa íntegra, de un personaje total, en todos sus aspectos, en
cada una de sus frases, como Fidel.
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