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sábado, 27 de agosto de 2011

La “disociación psicótica” , patología generada por la guerra mediática



Recientemente cayó en mis manos un estudio sobre una enfermedad mental que en los últimos tres años aqueja a una parte de los venezolanos que específicamente se ubican en los sectores de oposición a la revolución bolivariana, pertenecientes a la clase media profesional. Me refiero a la “disociación psicótica”. Los especialistas en imagen y comunicación social de los sectores que adversan al Presidente Hugo Chávez, han utilizado técnicas que son empleadas como armas en la guerra psicológica a través de los medios televisivos privados en Venezuela, los cuales son voceros de la oposición. Dichas técnicas fueron denunciadas públicamente con acusaciones formales en CONATEL, cuando se demostró la inserción malintencionada de mensajes subliminales altamente agresivos, de duración muy corta, “escondidos” en videos que transmitían algunos Canales de TV privados con mensajes inocentes dirigidos a los niños y noticias varias dirigidas al público general. 

Un estudio sobre la disociación psicótica en el venezolano de clase media, fue elaborado por psiquiatras, psicólogos y sociólogos que observaron los nefastos efectos de esa intensa, descomunal e inclemente campaña mediática de las cinco televisoras privadas, cadenas privadas de radio y los más importantes periódicos privados de circulación nacional e internacional, durante los años 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004. El resultado de ese estudio cayó en mis manos como dije anteriormente, sin poder conocer sus autores. Reflexionando sobre dicho estudio, me animó la necesidad de escribir este artículo de opinión, donde la esencia científica del mismo es propiedad intelectual de esos especialistas anónimos que lo realizaron. Para ellos mi reconocimiento y felicitación por lo acertado del estudio en sí.
En efecto los venezolanos hemos sido blanco de esa guerra psicológica muy bien planificada, para crear odio hacia un Presidente y así culparlo de todo lo malo que nos aquejaba y nos aqueja en la actualidad, con el mensaje de ignorar las conspiraciones, golpes de Estado, paros empresariales, paros y saboteos petroleros, bloqueo internacional, golpes financieros para desestabilizar nuestra moneda, guarimbas, paramilitarismo con asesinatos de casi un centenar de dirigentes campesinos, etc.
Todos quienes pertenecemos a la clase media profesional venezolana podemos dar fe de la división y profundo odio generado por esas campañas mediáticas de la oposición, que han llevado a la separación de grupos familiares, divorcios, cierre de empresas, odios gratuitos entre vecinos y allegados a nuestras casas. Esa situación se ha mantenido encapsulada en muchos hogares quienes esperan el rayo salvador que solucione mágicamente todos los problemas que los aquejan, con la sola salida del presidente Chávez de Miraflores. Los “disociados psicóticos” (enfermos de esta patología) justifican la salida de Chávez por cualquier vía, la democrática o la violenta. De hecho la segunda la intentaron infructuosamente. La primera o sea la vía democrática, está prevista en la Constitución que nunca leyeron y concretada en el referendo revocatorio del próximo 14 de Agosto de 2004.
Quienes planificaron esa guerra mediática, cuya mayoría son de la ultraderecha venezolana (oligarquía) en estricta asociación y complicidad con los sectores gubernamentales de los EEUU, solo persiguen volver al poder que perdieron y a cambio de eso están dispuestos a entregar a los EEUU el país entero, especialmente su industria petrolera, clave para la subsistencia del gigante del Norte. Como venezolano siento tristeza, pena, dolor y rabia por esa aptitud y actitud antipatriótica que muestran otros venezolanos, mostrando un doble discurso y escondiéndose tras los DDHH, la democracia, la libertad y la justicia, para justificar tamaños ataques y comportamiento contra su propio país y todos sus compatriotas.
Los planificadores de la guerra mediática han manejado determinados códigos psicológicos para buscar motivar y convencer a los sectores a los cuales están dirigidos. El resultado que lograron fue influir al receptor del mensaje de tal manera que perdieron su capacidad de discernimiento que terminaron por renunciar a cualquier análisis crítico del mensaje del que fueron receptores: esta patología mental llamada “disociación psicótica” fue el resultado de esa guerra mediática sostenida por los 5 canales privados durante meses, especialmente en Diciembre del 2001 (huelga petrolera y empresarial), Enero a Abril de 2002(golpe de Estado), Diciembre 2002 hasta Marzo de 2003 (paro empresarial y petrolero, secundado por la CTV ), conspiración y corridas financieras que afortunadamente fueron detenidas por el control de cambio en Febrero de 2003, la famosa guarimba del 2004 organizada y ejecutada por la ultraderecha en las urbanizaciones de clase media y clase media alta de Caracas y otras ciudades.
¿Cómo funciona la disociación psicótica? La “disociación psicótica” es un proceso de manejo de códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una realidad ficticia en la que “todos” los males, y por ende “todo” lo negativo que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona. Establecido el patrón mental en el subconsciente del individuo, este llega a un estadio que le induce a creer que eliminando la causa de los males que le aquejan, habrá de alcanzar la felicidad absoluta. Al estar dirigida a un colectivo, la campaña requiere que el mensaje sea, además de asimilado, retransmitido a otros individuos pertenecientes a dicho colectivo. Para ese fin la oposición ha contado con el respaldo de los medios de comunicación social, los que de manera sistemática y reiterada han hecho llegar el mensaje al receptor.
Hace 70 años, sin el poder que tienen los medios televisivos actuales, el militar alemán nazi Goebbels manejó códigos similares, por lo que la sociedad alemana llegó al convencimiento pleno que los judíos eran los únicos responsables de la crisis económica de 1929, que tenía por finalidad imponer el comunismo en Alemania. Para ello creó una matriz de opinión según la cual el sionismo era un instrumento de la Unión Soviética , que aspiraba imponer el sistema comunista en escala mundial.
En Venezuela, la campaña de la oposición ha estado dirigida contra el Presidente Hugo Chávez Frías por la oposición de ultraderecha, apoyada política y financieramente por el gobierno de los EEUU. Así Chávez es el único responsable de los males que aquejan a la clase media venezolana, para la cual está dirigido el mensaje. La campaña persigue que la clase media de manera inconciente desarrolle la certeza de que la implantación del comunismo en Venezuela es el fin último que Chávez persigue (Castro-comunismo). Como consecuencia de esa campaña, la clase media oposicionista, visceralmente se ha negado a leer el texto de la Constitución de 1999, satanizándola sin siquiera haberla hojeado. La clase media de oposición repite hasta la saciedad que el país está en la ruina, a pesar de seguir cambiando de vehículo año tras año, de seguir concurriendo a costosos restaurantes sin importarle el monto de la factura a pagar, de seguir viajando al exterior por lo menos dos veces al año, etc. La clase media oposicionista olvida que la mayor culpa del desempleo en este sector es debido al paro criminal empresarial y petrolero de Diciembre de 2002. Esa clase media de oposición no duda en creer que los aliados de Chávez no son otros que los que Bush definió como el “eje del mal”, por lo cual en Venezuela transitan libremente y a plena luz del día, terroristas venidos de Colombia, de Libia, de Irak, de Jordania y de Irlanda (cosa que es una mentira tan grande como una catedral).
Para esa oposición de clase media disociada psicóticamente, los “círculos bolivarianos” son organizaciones paramilitares fuertemente armadas que en cualquier momento habrán de saquear y quemar lar urbanizaciones en las que esa clase media vive. Por esa razón esa clase media oposicionista ha desabastecido las armerías y se han organizado en comités de autodefensa para así defenderse de los acólitos de Chávez. De allí que el odio sea tan recalcitrante y visceral en el seno de esa clase media de oposición, que llegarían al paroxismo si Chávez les hubiese asesinado algún familiar. El odio ha alcanzado tal extremo de irracionalidad, que los lleva a no poder manejar sus vehículos sin estar compulsivamente accionando la corneta, para reproducir el slogan: ¡Chá-vez-vete-ya! Estas manifestaciones disociadas de la realidad (que ya ha llegado al estadio de patología), aliena al individuo de un mundo “real” y lo sumerge en un mundo “creado” (no se puede hablar de mundo “ficticio”, puesto que lo tiene por “real”), en el que todo encaja en su inconciente “verdad”.
Veamos con ejemplos frecuentes, cuando intercambiamos opiniones sobre lo sucedido en Venezuela los últimos años con un “disociado psicótico” de la oposición, de cara a la campaña por el Referendo Revocatorio Presidencial del próximo 15 de Agosto de 2004. No importa que se les muestre a ellos el video de Pedro Carmona firmando el Decreto que dio al traste con todas las instituciones democráticas venezolanas, porque para ellos aquello fue un acto absolutamente legal y necesario. En todo momento ellos rechazarán que el 11 de Abril se consumó un golpe de Estado. Ellos esgrimen que no pudo haber golpe de Estado ya que los golpistas lo que hicieron fue llevar a cabo lo que ellos, desde su odio particular (mundo “creado”), consideraban que es lo que debía de hacerse ante el vacío de poder reinante. Y desde ese mundo “creado” obtuvieron una visión de la realidad “virtual disociada”, desde la cual es imposible procesar hechos que se niegan a tener por reales. En consecuencia, la reacción popular de los días 12 y 13 de Abril para ellos nunca existió, como tampoco existen personas para las cuales tengan “sentido” las políticas que impulsa el Gobierno tales como las Misiones de alfabetización, educativas, de empleo, de salud, etc. Mientras tanto ellos justificaron todas las persecuciones contra los diputados, ministros y gobernadores del depuesto gobierno de Chávez, durante el 11 y 12 de Abril de 2002.
Ellos han permanecido y permanecen pues en un estado avanzado de disociación que no permitirá que nada de la realidad vaya en contra de “su realidad” (creada), así el conciente les diga que hay pruebas reales y objetivas que no están en lo correcto. Se trata pues de una patología o enfermedad psiquiátrica creada, la cual requiere de permanentes estímulos. Por eso la oposición no deja de aplicar diariamente estímulos a esos códigos psicológicos, y con el concurso de los medios televisivos, radiales y escritos, acentúan esa campaña para reafirmar en su convencimiento al individuo que la ha desarrollado. Así la oposición con los medios busca además que el mensaje penetre en otros individuos, por lo general con gran fragilidad psicológica, que emocionalmente (están inmersos en un grupo que los condiciona) estén dispuestos a recibirlo y a procesar el mensaje, por lo que cada vez más ese tipo de patología se desarrolla en otros venezolanos. Por ejemplo hoy vimos en RCTV una entrevista hecha al propietario de ese canal, donde con plena conciencia lanzó “estímulos” o mensajes a ese sector “disociado psicóticamente” para reactivar su comportamiento colectivo de cara al referendo del 15-8-04. ¿Cómo lanza ese “estímulo”? Simplemente negando el golpe de Estado, negando los logros de las misiones, acusando a Chávez de pelear con todo el mundo y acusándolo de ser responsable del desempleo y quiebra de numerosas empresas. Así, sentenciando que no hay libertad de expresión y negando el criminal paro empresarial y petrolero que ocasionó pérdidas por 20 millardos de dólares a todos nosotros los venezolanos, de esta manera “estimula” a los “disociados psicóticos” para renovar el odio a Chávez, de cara al próximo referendo revocatorio presidencial del 15-8-04.
Uno de los síntomas inequívocos de la disociación psicótica es una vez desarrollada la patología, no puede olvidar y omitir el estímulo. Siendo los medios televisivos el instrumento fundamental de esa campaña, la persona en fase de “disociación psicótica” no podrá, por ejemplo, dejar de ver Globovisión (el impulso emisor), canal que habrá de sintonizar de manera compulsiva, porque de no hacerlo se le presentarán síntomas de ansiedad similares al síndrome de abstinencia en los drogadictos, fumadores, alcohólicos, etc. El individuo que está disociado no reconocerá que está inmerso en un problema, por lo que afirmará una y otra vez estar libre de cualquier patología o enfermedad mental.
¿Cómo podremos eliminar esta enfermedad mental colectiva y que nos ha dividido a los venezolanos? Según los especialistas psiquiatras, psicólogos, sociólogos y comunicadores sociales, en nuestro país la “disociación psicótica” se ha convertido en un problema de salud pública. Basta observar en nuestro entorno para comprobar como se manifiestan miles de personas, inclusive nuestros propios vecinos o familiares, para los cuales nada de malo tendría que alguien asesine a Chávez (la única causa de sus males), y nada de malo ven que sus hijos anden por la calle con una cacerola en la mano, y gritando a viva voz: ¡Muérete maldito! O ¡Muera Chávez! Tampoco les alarma oír decir a sus hijos que les gustaría tener un arma para matar al tirano Chávez. Debido a la “disociación psicótica” que los atenaza, no están en capacidad de comprender que con esa aptitud se está condicionando a los niños y jóvenes de tal forma que cualquier persona que no coincida con ellos, actuarán así en consecuencia para librarse del causante de sus males. Lo vimos recientemente en la intolerancia de algunos opositores en Alto Prado, quienes agredieron a los chavistas que con todo derecho hacen campaña por el NO en el referendo del 15-8-04 en esa urbanización de la clase media profesional caraqueña.
Pero lo mas alarmante es que quien padece de “disociación psicótica” corre el peligro de que cuando su realidad comience a serle insoportable, o que cuando por algún motivo la causa “aparente” de todos sus males resulte no serlo, con la misma intensidad padecerá una profunda frustración, tan profunda que puede llegar en muchos casos a límites extremos de consecuencias impredecibles. Conozco casos que sucedieron durante la “guarimba” de las oposición, que llegaron a impedir el paso de una ambulancia con un enfermo grave (que por eso murió) para entrar a la Clínica Urológico de San Román. Me informaron que los responsables de esa muerte están sumidos en una gran depresión por los sentimientos de culpa. Igual ocurrió a muchos golpistas “disociados psicoticos” el 13 de Abril del 2002, cuando el pueblo y la Fuerza Armada retornaron a Chávez a Miraflores: esa realidad “increíble” los frustró de manera profunda.
Por esta razón es que la “disociación psicótica” es un problema de Estado, que repercute en la seguridad interna de la nación y en la salud pública del venezolano, que hace necesario tomar medidas de manera inmediata. Llamamos desde esta tribuna a los especialistas para la implementación urgente de terapias colectivas para tratar esa enfermedad o patología. La difusión de las causas y consecuencias de la “disociación psicótica” seguramente es parte de esa terapia. Esta es el principal objetivo que me animó escribir este artículo.
Ojalá después del referendo del 15 de Agosto de 2004, la oposición de la extrema derecha al ver los resultados del mismo, desista de sus métodos violentos, y conjuntamente con el gobierno logren superar las diferencias “disociadas” para que las diferencias “reales” constituyan las bases de una oposición sensata (hoy inexistente) y con metas constructivas y no desintegradoras, de cara a las elecciones del 2006. Remozar Fedecámaras será una necesidad más que un lujo. La incorporación de Venezuela al MERCOSUR es una gran oportunidad para una Fedecámaras no política sino verdaderamente emprendedora. La creación de PETROSUR y PETROCARIBE abren un amplio espacio para incluir además a esos empresarios venezolanos que incursionaron fallidamente en la política. Así la oposición podrá competir dignamente (sin disociados psicóticos) con algún líder (que hoy no tienen) por la primera magistratura en las elecciones del año 2006. Luchemos así por una Venezuela unida y de todos los venezolanos, sin acólitos de imperios extranjeros y sí con verdaderos patriotas que con hechos demuestren su amor por Venezuela.
Jairo Larotta Sánchez - Soberania.info

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