La “disociación psicótica” , patología generada por la guerra mediática
Recientemente cayó en
mis manos un estudio sobre una enfermedad mental que en los últimos tres años
aqueja a una parte de los venezolanos que específicamente se ubican en los
sectores de oposición a la revolución bolivariana, pertenecientes a la clase media
profesional. Me refiero a la “disociación psicótica”. Los especialistas en
imagen y comunicación social de los sectores que adversan al Presidente Hugo
Chávez, han utilizado técnicas que son empleadas como armas en la guerra
psicológica a través de los medios televisivos privados en Venezuela, los
cuales son voceros de la oposición. Dichas técnicas fueron denunciadas
públicamente con acusaciones formales en CONATEL, cuando se demostró la
inserción malintencionada de mensajes subliminales altamente agresivos, de
duración muy corta, “escondidos” en videos que transmitían algunos Canales de
TV privados con mensajes inocentes dirigidos a los niños y noticias varias
dirigidas al público general.
Recientemente cayó en
mis manos un estudio sobre una enfermedad mental que en los últimos tres años
aqueja a una parte de los venezolanos que específicamente se ubican en los
sectores de oposición a la revolución bolivariana, pertenecientes a la clase media
profesional. Me refiero a la “disociación psicótica”. Los especialistas en
imagen y comunicación social de los sectores que adversan al Presidente Hugo
Chávez, han utilizado técnicas que son empleadas como armas en la guerra
psicológica a través de los medios televisivos privados en Venezuela, los
cuales son voceros de la oposición. Dichas técnicas fueron denunciadas
públicamente con acusaciones formales en CONATEL, cuando se demostró la
inserción malintencionada de mensajes subliminales altamente agresivos, de
duración muy corta, “escondidos” en videos que transmitían algunos Canales de
TV privados con mensajes inocentes dirigidos a los niños y noticias varias
dirigidas al público general.
Un estudio sobre la
disociación psicótica en el venezolano de clase media, fue elaborado por
psiquiatras, psicólogos y sociólogos que observaron los nefastos efectos de esa
intensa, descomunal e inclemente campaña mediática de las cinco televisoras
privadas, cadenas privadas de radio y los más importantes periódicos privados
de circulación nacional e internacional, durante los años 2000, 2001, 2002,
2003 y 2004. El resultado de ese estudio cayó en mis manos como dije
anteriormente, sin poder conocer sus autores. Reflexionando sobre dicho
estudio, me animó la necesidad de escribir este artículo de opinión, donde la
esencia científica del mismo es propiedad intelectual de esos especialistas
anónimos que lo realizaron. Para ellos mi reconocimiento y felicitación por lo
acertado del estudio en sí.
En efecto los
venezolanos hemos sido blanco de esa guerra psicológica muy bien planificada,
para crear odio hacia un Presidente y así culparlo de todo lo malo que nos
aquejaba y nos aqueja en la actualidad, con el mensaje de ignorar las
conspiraciones, golpes de Estado, paros empresariales, paros y saboteos
petroleros, bloqueo internacional, golpes financieros para desestabilizar
nuestra moneda, guarimbas, paramilitarismo con asesinatos de casi un centenar
de dirigentes campesinos, etc.
Todos quienes
pertenecemos a la clase media profesional venezolana podemos dar fe de la
división y profundo odio generado por esas campañas mediáticas de la oposición,
que han llevado a la separación de grupos familiares, divorcios, cierre de
empresas, odios gratuitos entre vecinos y allegados a nuestras casas. Esa
situación se ha mantenido encapsulada en muchos hogares quienes esperan el rayo
salvador que solucione mágicamente todos los problemas que los aquejan, con la
sola salida del presidente Chávez de Miraflores. Los “disociados psicóticos”
(enfermos de esta patología) justifican la salida de Chávez por cualquier vía,
la democrática o la violenta. De hecho la segunda la intentaron
infructuosamente. La primera o sea la vía democrática, está prevista en la
Constitución que
nunca leyeron y concretada en el referendo revocatorio del próximo 14 de Agosto
de 2004.
Quienes planificaron esa
guerra mediática, cuya mayoría son de la ultraderecha venezolana (oligarquía)
en estricta asociación y complicidad con los sectores gubernamentales de los
EEUU, solo persiguen volver al poder que perdieron y a cambio de eso están
dispuestos a entregar a los EEUU el país entero, especialmente su industria
petrolera, clave para la subsistencia del gigante del Norte. Como venezolano
siento tristeza, pena, dolor y rabia por esa aptitud y actitud antipatriótica
que muestran otros venezolanos, mostrando un doble discurso y escondiéndose
tras los DDHH, la democracia, la libertad y la justicia, para justificar tamaños
ataques y comportamiento contra su propio país y todos sus compatriotas.
Los planificadores de la
guerra mediática han manejado determinados códigos psicológicos para buscar
motivar y convencer a los sectores a los cuales están dirigidos. El resultado
que lograron fue influir al receptor del mensaje de tal manera que perdieron su
capacidad de discernimiento que terminaron por renunciar a cualquier análisis
crítico del mensaje del que fueron receptores: esta patología mental llamada
“disociación psicótica” fue el resultado de esa guerra mediática sostenida por
los 5 canales privados durante meses, especialmente en Diciembre del 2001
(huelga petrolera y empresarial), Enero a Abril de 2002(golpe de Estado),
Diciembre 2002 hasta Marzo de 2003 (paro empresarial y petrolero, secundado por la CTV ), conspiración y
corridas financieras que afortunadamente fueron detenidas por el control de
cambio en Febrero de 2003, la famosa guarimba del 2004 organizada y ejecutada
por la ultraderecha en las urbanizaciones de clase media y clase media alta de
Caracas y otras ciudades.
¿Cómo funciona la
disociación psicótica? La “disociación psicótica” es un proceso de manejo de
códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una
realidad ficticia en la que “todos” los males, y por ende “todo” lo negativo
que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona. Establecido el
patrón mental en el subconsciente del individuo, este llega a un estadio que le
induce a creer que eliminando la causa de los males que le aquejan, habrá de
alcanzar la felicidad absoluta. Al estar dirigida a un colectivo, la campaña
requiere que el mensaje sea, además de asimilado, retransmitido a otros
individuos pertenecientes a dicho colectivo. Para ese fin la oposición ha
contado con el respaldo de los medios de comunicación social, los que de manera
sistemática y reiterada han hecho llegar el mensaje al receptor.
Hace 70 años, sin el
poder que tienen los medios televisivos actuales, el militar alemán nazi
Goebbels manejó códigos similares, por lo que la sociedad alemana llegó al
convencimiento pleno que los judíos eran los únicos responsables de la crisis
económica de 1929, que tenía por finalidad imponer el comunismo en Alemania.
Para ello creó una matriz de opinión según la cual el sionismo era un
instrumento de la
Unión Soviética ,
que aspiraba imponer el sistema comunista en escala mundial.
En Venezuela, la campaña
de la oposición ha estado dirigida contra el Presidente Hugo Chávez Frías por
la oposición de ultraderecha, apoyada política y financieramente por el
gobierno de los EEUU. Así Chávez es el único responsable de los males que
aquejan a la clase media venezolana, para la cual está dirigido el mensaje. La
campaña persigue que la clase media de manera inconciente desarrolle la certeza
de que la implantación del comunismo en Venezuela es el fin último que Chávez
persigue (Castro-comunismo). Como consecuencia de esa campaña, la clase media
oposicionista, visceralmente se ha negado a leer el texto de la
Constitución de
1999, satanizándola sin siquiera haberla hojeado. La clase media de oposición
repite hasta la saciedad que el país está en la ruina, a pesar de seguir
cambiando de vehículo año tras año, de seguir concurriendo a costosos
restaurantes sin importarle el monto de la factura a pagar, de seguir viajando
al exterior por lo menos dos veces al año, etc. La clase media oposicionista
olvida que la mayor culpa del desempleo en este sector es debido al paro
criminal empresarial y petrolero de Diciembre de 2002. Esa clase media de
oposición no duda en creer que los aliados de Chávez no son otros que los que
Bush definió como el “eje del mal”, por lo cual en Venezuela transitan
libremente y a plena luz del día, terroristas venidos de Colombia, de Libia, de
Irak, de Jordania y de Irlanda (cosa que es una mentira tan grande como una
catedral).
Para esa oposición de
clase media disociada psicóticamente, los “círculos bolivarianos” son
organizaciones paramilitares fuertemente armadas que en cualquier momento
habrán de saquear y quemar lar urbanizaciones en las que esa clase media vive.
Por esa razón esa clase media oposicionista ha desabastecido las armerías y se
han organizado en comités de autodefensa para así defenderse de los acólitos de
Chávez. De allí que el odio sea tan recalcitrante y visceral en el seno de esa
clase media de oposición, que llegarían al paroxismo si Chávez les hubiese
asesinado algún familiar. El odio ha alcanzado tal extremo de irracionalidad,
que los lleva a no poder manejar sus vehículos sin estar compulsivamente
accionando la corneta, para reproducir el slogan: ¡Chá-vez-vete-ya! Estas
manifestaciones disociadas de la realidad (que ya ha llegado al estadio de
patología), aliena al individuo de un mundo “real” y lo sumerge en un mundo
“creado” (no se puede hablar de mundo “ficticio”, puesto que lo tiene por
“real”), en el que todo encaja en su inconciente “verdad”.
Veamos con ejemplos
frecuentes, cuando intercambiamos opiniones sobre lo sucedido en Venezuela los
últimos años con un “disociado psicótico” de la oposición, de cara a la campaña
por el Referendo Revocatorio Presidencial del próximo 15 de Agosto de 2004. No
importa que se les muestre a ellos el video de Pedro Carmona firmando el
Decreto que dio al traste con todas las instituciones democráticas venezolanas,
porque para ellos aquello fue un acto absolutamente legal y necesario. En todo
momento ellos rechazarán que el 11 de Abril se consumó un golpe de Estado.
Ellos esgrimen que no pudo haber golpe de Estado ya que los golpistas lo que
hicieron fue llevar a cabo lo que ellos, desde su odio particular (mundo
“creado”), consideraban que es lo que debía de hacerse ante el vacío de poder
reinante. Y desde ese mundo “creado” obtuvieron una visión de la realidad
“virtual disociada”, desde la cual es imposible procesar hechos que se niegan a
tener por reales. En consecuencia, la reacción popular de los días 12 y 13 de
Abril para ellos nunca existió, como tampoco existen personas para las cuales
tengan “sentido” las políticas que impulsa el Gobierno tales como las Misiones
de alfabetización, educativas, de empleo, de salud, etc. Mientras tanto ellos
justificaron todas las persecuciones contra los diputados, ministros y
gobernadores del depuesto gobierno de Chávez, durante el 11 y 12 de Abril de
2002.
Ellos han permanecido y
permanecen pues en un estado avanzado de disociación que no permitirá que nada
de la realidad vaya en contra de “su realidad” (creada), así el conciente les
diga que hay pruebas reales y objetivas que no están en lo correcto. Se trata
pues de una patología o enfermedad psiquiátrica creada, la cual requiere de
permanentes estímulos. Por eso la oposición no deja de aplicar diariamente
estímulos a esos códigos psicológicos, y con el concurso de los medios
televisivos, radiales y escritos, acentúan esa campaña para reafirmar en su
convencimiento al individuo que la ha desarrollado. Así la oposición con los
medios busca además que el mensaje penetre en otros individuos, por lo general
con gran fragilidad psicológica, que emocionalmente (están inmersos en un grupo
que los condiciona) estén dispuestos a recibirlo y a procesar el mensaje, por
lo que cada vez más ese tipo de patología se desarrolla en otros venezolanos.
Por ejemplo hoy vimos en RCTV una entrevista hecha al propietario de ese canal,
donde con plena conciencia lanzó “estímulos” o mensajes a ese sector “disociado
psicóticamente” para reactivar su comportamiento colectivo de cara al referendo
del 15-8-04. ¿Cómo lanza ese “estímulo”? Simplemente negando el golpe de
Estado, negando los logros de las misiones, acusando a Chávez de pelear con
todo el mundo y acusándolo de ser responsable del desempleo y quiebra de
numerosas empresas. Así, sentenciando que no hay libertad de expresión y
negando el criminal paro empresarial y petrolero que ocasionó pérdidas por 20
millardos de dólares a todos nosotros los venezolanos, de esta manera
“estimula” a los “disociados psicóticos” para renovar el odio a Chávez, de cara
al próximo referendo revocatorio presidencial del 15-8-04.
Uno de los síntomas
inequívocos de la disociación psicótica es una vez desarrollada la patología,
no puede olvidar y omitir el estímulo. Siendo los medios televisivos el
instrumento fundamental de esa campaña, la persona en fase de “disociación
psicótica” no podrá, por ejemplo, dejar de ver Globovisión (el impulso emisor),
canal que habrá de sintonizar de manera compulsiva, porque de no hacerlo se le
presentarán síntomas de ansiedad similares al síndrome de abstinencia en los
drogadictos, fumadores, alcohólicos, etc. El individuo que está disociado no
reconocerá que está inmerso en un problema, por lo que afirmará una y otra vez
estar libre de cualquier patología o enfermedad mental.
¿Cómo podremos eliminar
esta enfermedad mental colectiva y que nos ha dividido a los venezolanos? Según
los especialistas psiquiatras, psicólogos, sociólogos y comunicadores sociales,
en nuestro país la “disociación psicótica” se ha convertido en un problema de
salud pública. Basta observar en nuestro entorno para comprobar como se
manifiestan miles de personas, inclusive nuestros propios vecinos o familiares,
para los cuales nada de malo tendría que alguien asesine a Chávez (la única
causa de sus males), y nada de malo ven que sus hijos anden por la calle con
una cacerola en la mano, y gritando a viva voz: ¡Muérete maldito! O ¡Muera
Chávez! Tampoco les alarma oír decir a sus hijos que les gustaría tener un arma
para matar al tirano Chávez. Debido a la “disociación psicótica” que los
atenaza, no están en capacidad de comprender que con esa aptitud se está
condicionando a los niños y jóvenes de tal forma que cualquier persona que no
coincida con ellos, actuarán así en consecuencia para librarse del causante de
sus males. Lo vimos recientemente en la intolerancia de algunos opositores en
Alto Prado, quienes agredieron a los chavistas que con todo derecho hacen
campaña por el NO en el referendo del 15-8-04 en esa urbanización de la clase
media profesional caraqueña.
Pero lo mas alarmante es
que quien padece de “disociación psicótica” corre el peligro de que cuando su
realidad comience a serle insoportable, o que cuando por algún motivo la causa
“aparente” de todos sus males resulte no serlo, con la misma intensidad
padecerá una profunda frustración, tan profunda que puede llegar en muchos
casos a límites extremos de consecuencias impredecibles. Conozco casos que
sucedieron durante la “guarimba” de las oposición, que llegaron a impedir el
paso de una ambulancia con un enfermo grave (que por eso murió) para entrar a la
Clínica Urológico de
San Román. Me informaron que los responsables de esa muerte están sumidos en
una gran depresión por los sentimientos de culpa. Igual ocurrió a muchos
golpistas “disociados psicoticos” el 13 de Abril del 2002, cuando el pueblo y la
Fuerza Armada retornaron
a Chávez a Miraflores: esa realidad “increíble” los frustró de manera profunda.
Por esta razón es que la
“disociación psicótica” es un problema de Estado, que repercute en la seguridad
interna de la nación y en la salud pública del venezolano, que hace necesario
tomar medidas de manera inmediata. Llamamos desde esta tribuna a los
especialistas para la implementación urgente de terapias colectivas para tratar
esa enfermedad o patología. La difusión de las causas y consecuencias de la
“disociación psicótica” seguramente es parte de esa terapia. Esta es el
principal objetivo que me animó escribir este artículo.
Ojalá después del
referendo del 15 de Agosto de 2004, la oposición de la extrema derecha al ver
los resultados del mismo, desista de sus métodos violentos, y conjuntamente con
el gobierno logren superar las diferencias “disociadas” para que las
diferencias “reales” constituyan las bases de una oposición sensata (hoy
inexistente) y con metas constructivas y no desintegradoras, de cara a las
elecciones del 2006. Remozar Fedecámaras será una necesidad más que un lujo. La
incorporación de Venezuela al MERCOSUR es una gran oportunidad para una
Fedecámaras no política sino verdaderamente emprendedora. La creación de
PETROSUR y PETROCARIBE abren un amplio espacio para incluir además a esos
empresarios venezolanos que incursionaron fallidamente en la política. Así la
oposición podrá competir dignamente (sin disociados psicóticos) con algún líder
(que hoy no tienen) por la primera magistratura en las elecciones del año 2006.
Luchemos así por una Venezuela unida y de todos los venezolanos, sin acólitos
de imperios extranjeros y sí con verdaderos patriotas que con hechos demuestren
su amor por Venezuela.
Jairo Larotta Sánchez -
Soberania.info
Un estudio sobre la
disociación psicótica en el venezolano de clase media, fue elaborado por
psiquiatras, psicólogos y sociólogos que observaron los nefastos efectos de esa
intensa, descomunal e inclemente campaña mediática de las cinco televisoras
privadas, cadenas privadas de radio y los más importantes periódicos privados
de circulación nacional e internacional, durante los años 2000, 2001, 2002,
2003 y 2004. El resultado de ese estudio cayó en mis manos como dije
anteriormente, sin poder conocer sus autores. Reflexionando sobre dicho
estudio, me animó la necesidad de escribir este artículo de opinión, donde la
esencia científica del mismo es propiedad intelectual de esos especialistas
anónimos que lo realizaron. Para ellos mi reconocimiento y felicitación por lo
acertado del estudio en sí.
En efecto los
venezolanos hemos sido blanco de esa guerra psicológica muy bien planificada,
para crear odio hacia un Presidente y así culparlo de todo lo malo que nos
aquejaba y nos aqueja en la actualidad, con el mensaje de ignorar las
conspiraciones, golpes de Estado, paros empresariales, paros y saboteos
petroleros, bloqueo internacional, golpes financieros para desestabilizar
nuestra moneda, guarimbas, paramilitarismo con asesinatos de casi un centenar
de dirigentes campesinos, etc.
Todos quienes
pertenecemos a la clase media profesional venezolana podemos dar fe de la
división y profundo odio generado por esas campañas mediáticas de la oposición,
que han llevado a la separación de grupos familiares, divorcios, cierre de
empresas, odios gratuitos entre vecinos y allegados a nuestras casas. Esa
situación se ha mantenido encapsulada en muchos hogares quienes esperan el rayo
salvador que solucione mágicamente todos los problemas que los aquejan, con la
sola salida del presidente Chávez de Miraflores. Los “disociados psicóticos”
(enfermos de esta patología) justifican la salida de Chávez por cualquier vía,
la democrática o la violenta. De hecho la segunda la intentaron
infructuosamente. La primera o sea la vía democrática, está prevista en la
Constitución que
nunca leyeron y concretada en el referendo revocatorio del próximo 14 de Agosto
de 2004.
Quienes planificaron esa
guerra mediática, cuya mayoría son de la ultraderecha venezolana (oligarquía)
en estricta asociación y complicidad con los sectores gubernamentales de los
EEUU, solo persiguen volver al poder que perdieron y a cambio de eso están
dispuestos a entregar a los EEUU el país entero, especialmente su industria
petrolera, clave para la subsistencia del gigante del Norte. Como venezolano
siento tristeza, pena, dolor y rabia por esa aptitud y actitud antipatriótica
que muestran otros venezolanos, mostrando un doble discurso y escondiéndose
tras los DDHH, la democracia, la libertad y la justicia, para justificar tamaños
ataques y comportamiento contra su propio país y todos sus compatriotas.
Los planificadores de la
guerra mediática han manejado determinados códigos psicológicos para buscar
motivar y convencer a los sectores a los cuales están dirigidos. El resultado
que lograron fue influir al receptor del mensaje de tal manera que perdieron su
capacidad de discernimiento que terminaron por renunciar a cualquier análisis
crítico del mensaje del que fueron receptores: esta patología mental llamada
“disociación psicótica” fue el resultado de esa guerra mediática sostenida por
los 5 canales privados durante meses, especialmente en Diciembre del 2001
(huelga petrolera y empresarial), Enero a Abril de 2002(golpe de Estado),
Diciembre 2002 hasta Marzo de 2003 (paro empresarial y petrolero, secundado por la CTV ), conspiración y
corridas financieras que afortunadamente fueron detenidas por el control de
cambio en Febrero de 2003, la famosa guarimba del 2004 organizada y ejecutada
por la ultraderecha en las urbanizaciones de clase media y clase media alta de
Caracas y otras ciudades.
¿Cómo funciona la
disociación psicótica? La “disociación psicótica” es un proceso de manejo de
códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una
realidad ficticia en la que “todos” los males, y por ende “todo” lo negativo
que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona. Establecido el
patrón mental en el subconsciente del individuo, este llega a un estadio que le
induce a creer que eliminando la causa de los males que le aquejan, habrá de
alcanzar la felicidad absoluta. Al estar dirigida a un colectivo, la campaña
requiere que el mensaje sea, además de asimilado, retransmitido a otros
individuos pertenecientes a dicho colectivo. Para ese fin la oposición ha
contado con el respaldo de los medios de comunicación social, los que de manera
sistemática y reiterada han hecho llegar el mensaje al receptor.
Hace 70 años, sin el
poder que tienen los medios televisivos actuales, el militar alemán nazi
Goebbels manejó códigos similares, por lo que la sociedad alemana llegó al
convencimiento pleno que los judíos eran los únicos responsables de la crisis
económica de 1929, que tenía por finalidad imponer el comunismo en Alemania.
Para ello creó una matriz de opinión según la cual el sionismo era un
instrumento de la
Unión Soviética ,
que aspiraba imponer el sistema comunista en escala mundial.
En Venezuela, la campaña
de la oposición ha estado dirigida contra el Presidente Hugo Chávez Frías por
la oposición de ultraderecha, apoyada política y financieramente por el
gobierno de los EEUU. Así Chávez es el único responsable de los males que
aquejan a la clase media venezolana, para la cual está dirigido el mensaje. La
campaña persigue que la clase media de manera inconciente desarrolle la certeza
de que la implantación del comunismo en Venezuela es el fin último que Chávez
persigue (Castro-comunismo). Como consecuencia de esa campaña, la clase media
oposicionista, visceralmente se ha negado a leer el texto de la
Constitución de
1999, satanizándola sin siquiera haberla hojeado. La clase media de oposición
repite hasta la saciedad que el país está en la ruina, a pesar de seguir
cambiando de vehículo año tras año, de seguir concurriendo a costosos
restaurantes sin importarle el monto de la factura a pagar, de seguir viajando
al exterior por lo menos dos veces al año, etc. La clase media oposicionista
olvida que la mayor culpa del desempleo en este sector es debido al paro
criminal empresarial y petrolero de Diciembre de 2002. Esa clase media de
oposición no duda en creer que los aliados de Chávez no son otros que los que
Bush definió como el “eje del mal”, por lo cual en Venezuela transitan
libremente y a plena luz del día, terroristas venidos de Colombia, de Libia, de
Irak, de Jordania y de Irlanda (cosa que es una mentira tan grande como una
catedral).
Para esa oposición de
clase media disociada psicóticamente, los “círculos bolivarianos” son
organizaciones paramilitares fuertemente armadas que en cualquier momento
habrán de saquear y quemar lar urbanizaciones en las que esa clase media vive.
Por esa razón esa clase media oposicionista ha desabastecido las armerías y se
han organizado en comités de autodefensa para así defenderse de los acólitos de
Chávez. De allí que el odio sea tan recalcitrante y visceral en el seno de esa
clase media de oposición, que llegarían al paroxismo si Chávez les hubiese
asesinado algún familiar. El odio ha alcanzado tal extremo de irracionalidad,
que los lleva a no poder manejar sus vehículos sin estar compulsivamente
accionando la corneta, para reproducir el slogan: ¡Chá-vez-vete-ya! Estas
manifestaciones disociadas de la realidad (que ya ha llegado al estadio de
patología), aliena al individuo de un mundo “real” y lo sumerge en un mundo
“creado” (no se puede hablar de mundo “ficticio”, puesto que lo tiene por
“real”), en el que todo encaja en su inconciente “verdad”.
Veamos con ejemplos
frecuentes, cuando intercambiamos opiniones sobre lo sucedido en Venezuela los
últimos años con un “disociado psicótico” de la oposición, de cara a la campaña
por el Referendo Revocatorio Presidencial del próximo 15 de Agosto de 2004. No
importa que se les muestre a ellos el video de Pedro Carmona firmando el
Decreto que dio al traste con todas las instituciones democráticas venezolanas,
porque para ellos aquello fue un acto absolutamente legal y necesario. En todo
momento ellos rechazarán que el 11 de Abril se consumó un golpe de Estado.
Ellos esgrimen que no pudo haber golpe de Estado ya que los golpistas lo que
hicieron fue llevar a cabo lo que ellos, desde su odio particular (mundo
“creado”), consideraban que es lo que debía de hacerse ante el vacío de poder
reinante. Y desde ese mundo “creado” obtuvieron una visión de la realidad
“virtual disociada”, desde la cual es imposible procesar hechos que se niegan a
tener por reales. En consecuencia, la reacción popular de los días 12 y 13 de
Abril para ellos nunca existió, como tampoco existen personas para las cuales
tengan “sentido” las políticas que impulsa el Gobierno tales como las Misiones
de alfabetización, educativas, de empleo, de salud, etc. Mientras tanto ellos
justificaron todas las persecuciones contra los diputados, ministros y
gobernadores del depuesto gobierno de Chávez, durante el 11 y 12 de Abril de
2002.
Ellos han permanecido y
permanecen pues en un estado avanzado de disociación que no permitirá que nada
de la realidad vaya en contra de “su realidad” (creada), así el conciente les
diga que hay pruebas reales y objetivas que no están en lo correcto. Se trata
pues de una patología o enfermedad psiquiátrica creada, la cual requiere de
permanentes estímulos. Por eso la oposición no deja de aplicar diariamente
estímulos a esos códigos psicológicos, y con el concurso de los medios
televisivos, radiales y escritos, acentúan esa campaña para reafirmar en su
convencimiento al individuo que la ha desarrollado. Así la oposición con los
medios busca además que el mensaje penetre en otros individuos, por lo general
con gran fragilidad psicológica, que emocionalmente (están inmersos en un grupo
que los condiciona) estén dispuestos a recibirlo y a procesar el mensaje, por
lo que cada vez más ese tipo de patología se desarrolla en otros venezolanos.
Por ejemplo hoy vimos en RCTV una entrevista hecha al propietario de ese canal,
donde con plena conciencia lanzó “estímulos” o mensajes a ese sector “disociado
psicóticamente” para reactivar su comportamiento colectivo de cara al referendo
del 15-8-04. ¿Cómo lanza ese “estímulo”? Simplemente negando el golpe de
Estado, negando los logros de las misiones, acusando a Chávez de pelear con
todo el mundo y acusándolo de ser responsable del desempleo y quiebra de
numerosas empresas. Así, sentenciando que no hay libertad de expresión y
negando el criminal paro empresarial y petrolero que ocasionó pérdidas por 20
millardos de dólares a todos nosotros los venezolanos, de esta manera
“estimula” a los “disociados psicóticos” para renovar el odio a Chávez, de cara
al próximo referendo revocatorio presidencial del 15-8-04.
Uno de los síntomas
inequívocos de la disociación psicótica es una vez desarrollada la patología,
no puede olvidar y omitir el estímulo. Siendo los medios televisivos el
instrumento fundamental de esa campaña, la persona en fase de “disociación
psicótica” no podrá, por ejemplo, dejar de ver Globovisión (el impulso emisor),
canal que habrá de sintonizar de manera compulsiva, porque de no hacerlo se le
presentarán síntomas de ansiedad similares al síndrome de abstinencia en los
drogadictos, fumadores, alcohólicos, etc. El individuo que está disociado no
reconocerá que está inmerso en un problema, por lo que afirmará una y otra vez
estar libre de cualquier patología o enfermedad mental.
¿Cómo podremos eliminar
esta enfermedad mental colectiva y que nos ha dividido a los venezolanos? Según
los especialistas psiquiatras, psicólogos, sociólogos y comunicadores sociales,
en nuestro país la “disociación psicótica” se ha convertido en un problema de
salud pública. Basta observar en nuestro entorno para comprobar como se
manifiestan miles de personas, inclusive nuestros propios vecinos o familiares,
para los cuales nada de malo tendría que alguien asesine a Chávez (la única
causa de sus males), y nada de malo ven que sus hijos anden por la calle con
una cacerola en la mano, y gritando a viva voz: ¡Muérete maldito! O ¡Muera
Chávez! Tampoco les alarma oír decir a sus hijos que les gustaría tener un arma
para matar al tirano Chávez. Debido a la “disociación psicótica” que los
atenaza, no están en capacidad de comprender que con esa aptitud se está
condicionando a los niños y jóvenes de tal forma que cualquier persona que no
coincida con ellos, actuarán así en consecuencia para librarse del causante de
sus males. Lo vimos recientemente en la intolerancia de algunos opositores en
Alto Prado, quienes agredieron a los chavistas que con todo derecho hacen
campaña por el NO en el referendo del 15-8-04 en esa urbanización de la clase
media profesional caraqueña.
Pero lo mas alarmante es
que quien padece de “disociación psicótica” corre el peligro de que cuando su
realidad comience a serle insoportable, o que cuando por algún motivo la causa
“aparente” de todos sus males resulte no serlo, con la misma intensidad
padecerá una profunda frustración, tan profunda que puede llegar en muchos
casos a límites extremos de consecuencias impredecibles. Conozco casos que
sucedieron durante la “guarimba” de las oposición, que llegaron a impedir el
paso de una ambulancia con un enfermo grave (que por eso murió) para entrar a la
Clínica Urológico de
San Román. Me informaron que los responsables de esa muerte están sumidos en
una gran depresión por los sentimientos de culpa. Igual ocurrió a muchos
golpistas “disociados psicoticos” el 13 de Abril del 2002, cuando el pueblo y la
Fuerza Armada retornaron
a Chávez a Miraflores: esa realidad “increíble” los frustró de manera profunda.
Por esta razón es que la
“disociación psicótica” es un problema de Estado, que repercute en la seguridad
interna de la nación y en la salud pública del venezolano, que hace necesario
tomar medidas de manera inmediata. Llamamos desde esta tribuna a los
especialistas para la implementación urgente de terapias colectivas para tratar
esa enfermedad o patología. La difusión de las causas y consecuencias de la
“disociación psicótica” seguramente es parte de esa terapia. Esta es el
principal objetivo que me animó escribir este artículo.
Ojalá después del
referendo del 15 de Agosto de 2004, la oposición de la extrema derecha al ver
los resultados del mismo, desista de sus métodos violentos, y conjuntamente con
el gobierno logren superar las diferencias “disociadas” para que las
diferencias “reales” constituyan las bases de una oposición sensata (hoy
inexistente) y con metas constructivas y no desintegradoras, de cara a las
elecciones del 2006. Remozar Fedecámaras será una necesidad más que un lujo. La
incorporación de Venezuela al MERCOSUR es una gran oportunidad para una
Fedecámaras no política sino verdaderamente emprendedora. La creación de
PETROSUR y PETROCARIBE abren un amplio espacio para incluir además a esos
empresarios venezolanos que incursionaron fallidamente en la política. Así la
oposición podrá competir dignamente (sin disociados psicóticos) con algún líder
(que hoy no tienen) por la primera magistratura en las elecciones del año 2006.
Luchemos así por una Venezuela unida y de todos los venezolanos, sin acólitos
de imperios extranjeros y sí con verdaderos patriotas que con hechos demuestren
su amor por Venezuela.
Jairo Larotta Sánchez -
Soberania.info
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