Bahréin sede de la Quinta Flota de EEUU en el punto de mira.
Cinco razones claves que ilustran la importancia
de lo que está pasando en Bahrein:
Importancia estratégica
Bahrein es el país más pequeño del golfo Pérsico, con alrededor de un millón de habitantes, pero su importancia estratégica excede con creces su tamaño.
La privilegiada posición geográfica nunca ha pasado desapercibida para las grandes potencias. Antes fueron los británicos, hoy es Estados Unidos, que tiene aquí su quinta flota naval para mantener un ojo en la percibida amenaza iraní en la región.
Bahrein ha sido un aliado privilegiado de Washigton, particularmente a partir de la primera guerra contra Irak, en 1991. El ejército de Estados Unidos también utilizó sus bases aquí para atacar a Irak en la segunda guerra del golfo a inicios de esta década.
Al igual que en Egipto, la política de EE.UU. ha sido la de ignorar los reclamos democráticos de los ciudadanos de Bahrein en nombre de la estabilidad regional y sus intereses estratégicos en la región.
De manera
que las protestas de los últimos días no sólo han puesto en aprietos a la
política exterior de Washington, sino también a su estrategia de defensa.
Ruta del petróleo mundial
La presencia de esta flota tiene, además, otra función estratégica: asegurar el libre flujo del petróleo del Golfo Pérsico.
Bahrein vive de la riqueza petrolera, pero sus reservas son limitadas. No obstante, las bases de Estados Unidos aquí sirven para resguardar alrededor del 33% del petróleo mundial que pasa por el estrecho de Hormuz, localizado entre Irán y Omán.
Por esta razón, las manifestaciones se han sumado a los factores que están presionando los precios del petróleo, que ya alcanzaron US$ 104 por barril.
Según el corresponsal de asuntos económicos de
"Lo que preocupa es el riesgo de que los cargamentos de petróleo de esos países sean afectados", señala Walker.
Tensiones étnicas
Pese a que las protestas en el emirato son parte del efecto
contagio tras las revueltas que derrumbaron los presidentes de Túnez, Ben Ali,
y de Egipto, Hosni Mubarak, en
Bahréin las protestas también responden a divisiones étnicas.
Las
protestas aquí son producto del descontento
de la mayoría chiíta, que representa un 70% de la población es chiíta, con la élite real sunita que gobierna al
país.
Los
chiítas señalan que el régimen los ha tenido históricamente discriminados y sin
acceso a la riqueza, en un país que por muchos años ha experimentado una
bonanza económica sostenida por el petróleo.
Incluso hay quienes hablan de apartheid, ya que a éstos se les prohíbe acceder
a cargos públicos.Incluso, muchos
de los efectivos de las fuerzas de seguridad son sunitas traídos de Paquistán y
Siria, a quienes se le otorga ciudadanía sin muchos trámites.
Según el
corresponsal de la BBC
sobre temas de seguridad, Jonathan Marcus, debido a esto "hay menos posibilidad de que las
fuerzas de seguridad se pongan de parte de la población local, como sucedió en
Egipto".
¿Peligro para Arabia Saudita?
Arabia Saudita, que desde las protestas en
Egipto ha seguido los acontecimientos con atención, tiene más razones para
preocuparse ahora que la ola de manifestaciones está literalmente en su
vecindario.
Un
viaducto une a Bahréin con la parte oriental de Arabia
Saudita, una zona rica en petróleo pero además con una significativa
población chiita que tiene fuertes vínculos familiares y culturales con los
chiitas bahreinies.
El periodista de la BBC Bill Law da cuenta de
que un experto con estrechos vínculos con el poderoso ministro del Interior
saudita, el Príncipe Nayef, le aseguró que el gobierno saudita iba a intervenir
si la situación "se sale de control".
Según
dijo a la BBC Gala
Riani, de la revista sobre temas de defensa Jane's Weekly, los sauditas no
tendrían problemas en apoyar – y, en el peor de los casos, intervenir
directamente - si las autoridades de Bahrein no son capaces de controlar las
manifestaciones.
El factor Irán
Algunos analistas señalan que las protestas de la
mayoría chiíta podrían
eventualmente fortalecer aún más la presencia de Irán en la región.
Según
Jonathan Marcus, Irán mantiene un ojo puesto en los acontecimientos en el
emirato, ya que "por largo tiempo ha tenido un interés estratégico
aquí".
La
preocupación central es que, como sucedió en Irak, el establecimiento de un
sistema democrático coloque a Bahrein en el campo iraní.
En los
últimos años, Irán ha expandido su influencia en Oriente Medio,
particularmente en Irak y en Líbano.
Además, Teherán considera
los países del Golfo como una zona natural de influencia, por la presencia chiíta, que
representa el 8% de la población en Arabia Saudita, el 25% en Kuwait y el 70%
en Bahréin.
No obstante, otros observadores destacan que la influencia
de Irán en Bahrein es relativamente limitada, ya que los chiítas bahreinies
tienden a seguir a clérigos más moderados en centros como Kerbala y Najaf en
Irak.
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