Debilidad militar, quiebra o Revolución: Las consecuencias de la gigantesca deuda de EEUU a corto plazo.

Como repetidamente he señalado, el ejército estadounidense y los líderes de inteligencia dicen que la deuda es la principal amenaza a la seguridad nacional de los EEUU. Como señalé en febrero de 2009 y de nuevo el pasado diciembre, una serie de altos funcionarios y expertos están advirtiendo de la violencia inducida por el colapso económico, incluso en países desarrollados como los EEUU.

Y como ya he señalado en febrero de este año, EEUU corre el riesgo de seguir el camino de los Habsburgo, el imperios británico o el francés. El principal historiador económico Niall Ferguson recientemente escribió en Newsweek:

Llame a los Estados Unidos lo que le guste, superpotencia, hegemonía o imperio, pero su capacidad para gestionar sus finanzas está estrechamente ligada a su capacidad de seguir siendo la potencia militar predominante. Es así como empieza el declive de los imperios. 

Comienza con una explosión de la deuda. Termina con una reducción inexorable de los recursos disponibles para el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Si Estados Unidos no viene pronto con un plan creíble para restaurar el equilibrio del presupuesto federal para los próximos cinco a diez años, el peligro es muy real de que una crisis de la deuda podría llevar a un debilitamiento importante del poder estadounidense.

Los precedentes no dejan lugar a dudas. La España de los Austrias dejó de pagar todo o parte de su deuda 14 veces entre 1557 y 1696 y también sucumbió a la inflación debido a un exceso de plata del Nuevo Mundo. la Francia prerrevolucionaria estaba gastando el 62 por ciento de los ingresos reales en gastos de deuda en 1788. El Imperio Otomano siguió el mismo camino: los pagos de intereses y amortización aumentaron de un 15 por ciento del presupuesto en 1860 al 50 por ciento en 1875. Y no se olvide del último gran imperio de habla Inglesa. En los años de entreguerras, los pagos de intereses consumían el 44 por ciento del presupuesto británico, por lo que fue intensamente difícil rearmarse frente a la amenaza alemana.

Lo llaman la aritmética fatal de la decadencia imperial. Sin una reforma fiscal radical, podría aplicarse a los Estados Unidos.

Y William R. Hawkins (antes un profesor de economía de la Appalachian State University, la University of North Carolina-Asheville, y la Universidad de Radford) ahonda en algunos detalles sobre la caída del imperio de los Habsburgo:

España fue la primera superpotencia global. Con España como su base política, y el oro y la plata que llegaba desde sus colonias americanas, la dinastía de los Habsburgo se convirtió en la potencia dominante en Europa. Controlaba partes ricas de Italia a través de Nápoles y Milán, y Europa Central y los Países Bajos a través del Sacro Imperio Romano a Austria. En el siglo XVI se añadieron las islas Filipinas, muy lejos de su imperio. Los Austrias mantuvieron a raya a los turcos otomanos, cuyo resurgimiento de la ola de conquista islámica en el siglo XVI arrasó los Balcanes y casi capturó Viena. 

Los Habsburgo empezaron a declinar en el siglo XVII, y mientras que cualquier acontecimiento tiene muchas causas, para nuestros propósitos la atención se centrará en el colapso económico de España, que no sólo socavó la fuerza del imperio, sino que sirvió para aumentar el poder de sus rivales. Las exigencias del imperio requerían una economía fuerte y en crecimiento, pero España no continuaba con el desarrollo económico y la expansión que estaba teniendo lugar en otras partes de Europa. La base financiera de Madrid cayó por debajo de su imperio. 

España podría seguir consumiendo a corto plazo debido al flujo de metales preciosos de las minas americanas, pero no podría producir los bienes que necesitaba en casa, lo que a largo plazo resultó fatal para su posición como gran potencia y como sociedad avanzada. Las importaciones españolas duplicaban las exportaciones y los metales preciosos escaseaban a las pocas semanas de la llegada de las flotas del tesoro americano al fluir el dinero hacia los muchos acreedores de España. Con lo que la industria se fue, junto con la banca y el transporte a manos de propietarios extranjeros. 

Como un historiador moderno, Jaime Vicens Vives, ha concluido: "Esta fue una de las causas fundamentales de la profunda decadencia de la economía española en el siglo XVII, el comercio marítimo había caído en manos de extranjeros." Esto, además de la apertura "del mercado interior a los productos extranjeros, produjo un fatal resultado". Las exportaciones de España estaban al mismo tiempo bajo una fuerte presión por la competencia en mercados de terceros países. Una nación que no puede controlar su mercado interno rara vez será capaz de mantenerse en los mercados extranjeros, que son inherentemente menos accesibles y más inestables. 

Sin embargo, los líderes españoles fueron engañados por una sensación de falsa prosperidad. Esto es atestiguado por la declaración de un funcionario prominente, Alfonso Núñez de Castro en 1675: "Dejad que Londres fabrique las telas finas a su antojo, a Holanda sus chambrays, a Florencia su tela; a las Indias su castor y su vicuña, Milan sus brocados, Italia y Flandes sus linos... siempre y cuando nuestra capital pueda disfrutar de todos ellos, lo único que prueba es que todas las naciones entrenan a sus oficiales en Madrid, y que Madrid es la reina de los Parlamentos, a quien todo el mundo le sirve y ella no sirve a nadie. "Unos años más tarde, el gobierno de Madrid estaba en bancarrota. Los nobles españoles tenían un consumo elevado tontamente, un uso de la riqueza por encima de la producción y la creación de riqueza. 

Los historiadores han rastreado el flujo del oro y la plata españoles en los mercados de Europa. Aquellos que "servían" a España con las industrias para la fabricación de bienes  establecidas para abastecer al mercado español ganaron el dinero. Los rivales de España, Francia, Holanda (que inició una revuelta exitosa en 1568) e Inglaterra, prosperaron por sus excedentes comerciales, y reinvirtieron el dinero para ampliar sus propias capacidades. 

Otro experto en la historia moderna de los Habsburgo, Henry Kamen, ha citado fuentes de la época que se refieren a la España del siglo XVII como "las Indias para los extranjeros." El imperio militar de los Habsburgo se convirtió en la colonia económica de las otras potencias, o, para usar una frase corriente, España fue el "motor del crecimiento" para el resto del continente. Donde había trabajo y prosperidad, hubo también un rápido crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos fiscales. Potencias rivales fueron capaces de formar y financiar fuerzas militares que podían derrotar a las fuerzas españolas, en otra época superiores, tanto en tierra como en mar. 

La ironía de esto es que España fue gobernada por una aristocracia guerrera templada por siglos de guerras constantes contra las hordas islámicas y cristianos herejes. Estos nobles miraban a los comerciantes y fabricantes, y menospreciaban su profesión mundana sólo para darse cuenta de que sin una clase empresarial nacional fuerte no podían pagar las flotas y los ejércitos que protegían el imperio que habían construido. 

Hoy en día, el imperio estadounidense está tratando de consumir más de lo que produce. El déficit comercial de EEUU está acercándose al de España con las importaciones siendo el doble que las exportaciones. Tanto el gasto y el consumo privado se financian en gran medida por la deuda. Washington está imprimiendo dinero, el equivalente moderno de la excavación de oro de la tierra, en lugar de ganar el medio para pagar sus cuentas. Y las élites políticas y militares, aparentemente indiferentes a la suerte de los negocios y la industria nacionales. Los estadounidenses deben aprender de la experiencia española y tomar medidas correctivas, mientras todavía se pueda.

El Comando Central de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, que supervisa las operaciones militares en la zona geográfica del Atlántico Norte y apoya a los otros comandantes en jefe de sus respectivas regiones geográficas de todo el mundo, está haciendose eco de todos estos temas.

Como el World Net Daily informó este Jueves:

El informe de 2010 del Entorno Conjunto de Operaciones, publicado el 15 de marzo por el Comando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, o USJFCOM, advirtió que "incluso las proyecciones económicas más optimistas sugieren que los EEUU sumarán 9,000,000,000,000 de dólares a la deuda nacional en la próxima década, superando incluso las predicciones más optimistas para el crecimiento económico en las que el gobierno federal confía por el aumento de los ingresos fiscales".

El USJFCOM ha expresado su preocupación de que la creciente deuda nacional de EEUU representa una amenaza para la seguridad nacional de EEUU. 

"El aumento de la deuda y la financiación del déficit de las operaciones del gobierno requieren porciones cada vez mayores de los gastos del gobierno para el pago de intereses al servicio de la deuda", advirtió el informe del JOE 2010. "En efecto, si las tendencias actuales continúan, los EEUU verán transferida aproximadamente el 7 por ciento de su producción económica total al extranjero, simplemente al servicio de su deuda externa."
Para subrayar su preocupación, el USJFCOM citó una letanía alarmante de ejemplos históricos, incluyendo las siguientes:

La España de los Austrias dejaron de pagar su deuda hasta 14 veces en 150 años y fue golpeada por la alta inflación hasta que se derrumbó su imperio de ultramar;

Los Borbones de Francia llegaron a estar tan acosados por las deudas, debido a sus guerras y muchas extravagancias que en 1788 las tensiones sociales resultaron en su derrocamiento por la revolución;

Los intereses se comían un 44 por ciento del presupuesto del gobierno británico durante los años de entreguerras 1919-1930, lo que inhibió su capacidad de rearmarse frente a Alemania.

"A menos que las actuales tendencias se inviertan, los EEUU se enfrentan a retos similares, anticipando un porcentaje cada vez mayor del presupuesto de gobierno de los EEUU a pagar intereses sobre el dinero prestado para financiar nuestro gasto deficitario", concluyó el informe JOE 2010. Por supuesto, la deuda no es la única amenaza para el imperio o el único indicador del malestar económico de una nación. A este respecto, el crash en Italia en la década de 1340 y la hiperinflación en Hungría en 1946 son instructivas.

Fuente: http://www.laproximaguerra.com